Quizás sea falta de disciplina, o falta de gusto, o falta de cultura, o falta de comprensión, o incluso falta de respeto, pero de un campo de más de cien autos, lo mejor de mi maldita tarde de sábado en el quinto Pinehurst Concours d'Elegance era un E30 M3, no necesito decirte lo especial que es ese coche.